Con los años he conocido a perros adolescentes que comienzan a mostrar problemas en su comportamiento cómo revelarse cuando le ponemos el arnés o al ir atado a la correa o que comienzan a sentir cierto rechazo en el contacto físico, es decir, a incomodarse con las caricias.
Esto se puede reflejar en comportamientos muy variados, ya sea tener un juego con más mordida a nuestro cuerpo, más movimientos reactivos frente al contacto cuerpo con cuerpo, menos predisposición a las caricias, masajes o estar pegados en el sofá, mucha más tensión en la correa, mordida a su propio arnés o incapacidad para permitirnos que sujetemos su cuerpo para limpieza o lo que sea.
Te pongo todos estos ejemplos tan variados porque quizás te ayudan a sentirte identificada, aunque existirían muchos muchos más.
Todo esto que desean expresar tantos perros jóvenes y adolescentes es el dolor y la molestia que causa el propio crecimiento. Una mente en proceso de aprendizaje mientras experimenta dolor en su cuerpo, sus articulaciones, por el simple hecho de crecer y convertirse en el perro en quien se está convirtiendo, ese perro fuerte, estilizado y estable.
Debes saber que este dolor no es necesario apoyarlo con fármacos, ¡al contrario! Una vida de fármacos no aporta nada, ni en esta etapa ni en ninguna de las etapas de la vida animal.
Lo que sí puedes apoyar este dolor de crecimiento es, principalmente con comprensión.
Adaptando su “ropa de paseo” (arnés, correa, etc…) y acomodar lo más que puedas. Aprender a manejar la correa con amabilidad y suavidad y, la verdad, si aprendes también a confiar en tu perro para ofrecer más tiempo sin correa esto le ayudará mucho a fortalecer su musculatura y articulaciones, con libertad de movimiento.
Es imprescindible que aprendas a reconocer qué arnés es cómodo para tu perro, que no le limite el movimiento ni le impida ninguna posición. Esto es algo totalmente individual. El arnés de mi perra puede ser el mejor para ella y no ser adecuado para tu perro. Observa y escucha a tu perro y te lo dirá.
Por otro lado, existen cantidad de alimentos que pueden beneficiar y aliviar este dolor y molestia física como es la gelatina de huesos, la calabaza, zanahoria, sardinas o cualquier tipo de col (brócoli, lombarda, coliflor…)
La adolescencia es una etapa intensa, revolucionaria y delicada. Seamos apoyo, seamos comprensión.
Deseo que te haya gustado la lectura de hoy y si en este momento compartes tu vida con un adolescente revolucionado, ten en cuenta que su cuerpo está en pleno estirón y quizás no puede evitar muchos de sus comportamientos.
Gracias, gracias, gracias.