Siempre hablamos de cómo y cuánto aprenden los perros y a veces nos olvidamos que en este aprendizaje nosotras estamos presentes y también crecemos y evolucionamos tanto como nuestro perro.
En el momento en que nos enfocamos hacia la dirección correcta, que estamos dispuestos a aprender y con esto a crecer juntos, llega el momento en que vemos todo lo que ha venido a enseñarnos este peludo que tan locas nos vuelve.
Toda mi vida he crecido con animales, pero realmente hasta este momento de mi vida no he sido totalmente consciente de lo que vivíamos juntos. Hoy soy capaz de reconocer en qué momento necesito superar mis límites y escapar de mi zona de confort. También soy capaz de mirar hacia adentro cuando lo que veo fuera no me gusta. Cuando algo se tuerce, miro hacia dentro y me responsabilizo, y todo se vuelve más fácil. Esto lo he aprendido de ellos, mis perros.
Llevo años aprendiendo de ellos, de su comportamiento; pero solo cuando decidí centrarme en la observación y estar presente es cuando de verdad empecé a conocer a mis perros y a aprender de ellos.
Cuando estamos dispuestos a aprender con ellos, no solamente a enseñar, nuestra relación con la vida cambia. Te vuelves más responsable de tu propia vida, y te das cuenta de que eres capaz de lo que tú quieras, el límite esta donde tú lo pongas. Solo tú, nadie más.
En estos últimos años he visto, aprendido y enseñado a las familias a ayudar a sus perros a superar sus miedos, sus limitaciones, sus inseguridades. Con esto les acompañamos al camino de la libertad, la autonomía… quién lo quisiera… ¿verdad? Pues a la vez que cruzamos la línea de hacer ‘lo de siempre’ con nuestro perro, somos capaces de cruzar nuestra propia línea, y aquí, aquí todo cambia.
Antes de interferir en su libertad y pretender cambiar las cosas, miremos hacia dentro. Quizás la solución está más cerca de lo que pensamos. Aprendamos lo que tienen que enseñarnos. Solo así seremos libres y felices.
Gracias, gracias, gracias
Elena Dogsanimal