Estoy segura que “la llamada” es una práctica que desde el principio te parece necesaria y es verdad, lo es. Aunque quizás crees que debes entrenarlo como una orden resolutiva y que sea efectiva el 100% de las veces.
Pues bien, como se que tu también entiendes el verdadero valor de la llamada, quiero explicarte algunas cosas importantes.
Sabes que para mi esto de obedecer no me va mucho, así que tampoco exigiría a mi perro nada que yo no querría hacer… La llamada debe ser una practica voluntaria, que muestre el respeto en que nos tratamos el uno al otro y sobre todo, que la llamada solo recuerde las ganas que tenemos de estar juntas y darle un valor afectivo e importante.
Esto es algo que muchos responsables de perros me piden como orden exclusiva y necesaria.
No voy a explicarte un truco para que tu perro obedezca a la llamada, pues no es un comando sin más ni creo que tu perro tenga que obedecer ninguna orden.
Quizás necesitemos preguntarnos porqué nuestro perro no acude cuando lo llamamos. Entrenar la llamada no es algo que se pueda practicar sin antes hacer un trabajo previo, sin construir una relación de confianza y de valor.
Por muchas cosas nuestro perro puede no acudir a nuestra llamada, pero por lo general, es que no le interesa. Claro que nos escucha, claro que nos entiende y claro que sabe lo que “debería” hacer. Entonces, ¿Por qué no nos hace caso?
La clave para que nuestro perro acuda cuando lo llamamos es que nuestra relación sea una relación seria, que cuando pedimos a nuestro perro que acuda, sea por y para algo. No te diré que cuando tu perro llegue le des un premio porque no necesitan sobornos, necesitan que todo tenga más sentido.
Nuestro perro nos entiende y nos conoce, pero una cosa es entender y otra distinta es atender.
Seguramente la llamada no será lo único que necesitemos mejorar en cuanto a nuestra relación se refiere.
Siempre recomiendo usar una correa larga para trabajar todo esto; antes que nada, dejarles explorar y experimentar sin impedimentos, no cortemos lo que están haciendo pues así, estamos quitando importancia a lo que ellos deciden hacer en este momento. Si están oliendo una caca, pues esperaremos a que terminen, es así de fácil. Podría comparar que el pararse a oler una caca es como cotillear un perfil de facebook, donde conoces gustos, edad, estado de ánimo, personalidad de otro individuo, así que, por favor, no molestes.
Que dejemos espacio y tiempo no quiere decir que nosotros estemos desconectados de ellos, pues observar cómo se desenvuelven por si solos es fascinante y una fuente de calma y aprendizaje infinita, lo recomiendo, no hay mejor forma de conocerlos en profundidad; mi televisión es observar sin parar a mis perros.
Resumiendo: conoce a tu perro, entiende a tu perro, atiende a tu perro. Así, estarás ofreciéndole justo lo que quieres que él te ofrezca a ti.
Fácil, ¿verdad?
Cuéntame en los comentarios qué te ha parecido la lectura de hoy y cómo empezarás a introducir cambios para mejorar “la llamada” desde la relación.
Gracias, gracias, gracias
Elena Dogsanimal