Cuando comenzamos a compartir nuestra vida con un perro parece que de repente nos llega la necesidad de hablar con firmeza y seriedad para que nos respeten y nos tomen en serio.
Yo aprendí eso una vez, hace años… y ahora me parece absurdo que nos resulte más fácil utilizar ese lenguaje estricto en lugar de un lenguaje amable y divertido.
Si es cierto que, en algunas etapas de crecimiento y dependiendo siempre de cada perro, necesitan un modo de comunicarse u otro. Hace unos días te hablé en un artículo sobre esto: formas de comunicarnos.
Lo que vengo a contarte con la lectura de hoy es que, ¿Cómo vamos a atraer la atención de nuestros perros si expresamente nos mostramos serios? Seguro que si vives con un perro eres totalmente consciente de lo divertida que es la vida con ellos.
Con el tiempo los perros me han enseñado que para una educación satisfactoria y amable no hay nada como una relación feliz, sana y libre. Y para esto, necesitamos ser atentas con nuestros perros, ponernos en su lugar, jugar, hablar con amabilidad y ser atractivos de un modo en que sea más fuerte la curiosidad que cualquier otro motivo.
Te aseguro que si desde hoy cambias la actitud con la que hablas con tu perro y te vuelves ‘más perro’ serás una atracción muy divertida para él y además será más capaz de prestar atención a todo aquello que le pidas, solamente porque te vuelves una persona amable y alegre, y esto… esto atrae mucho más a cualquiera que una voz más alta o una orden sin emoción, ¿no crees?
Para ponerte en situación y ponértelo más fácil, ¿Qué te parece si te explico un ejercicio para poner en practica todo esto que te cuento?
La vitalidad de nuestros perros hace que en los juegos y en general en la vida sus movimientos sean ágiles y rápidos, así que, vamos allá:
- Vamos a atraer su atención moviéndonos rápidamente, en modo juego (observa a tu perro cuando quiere jugar contigo y cópiale los movimientos)
- Cuando ya tengamos su atención, nos sentaremos en el suelo y sin decir nada ni cambiar esta actitud de juego divertida, con nuestros brazos crearemos una barrera para que no se lance encima de nosotros, marcando un límite entre él y nosotras
- Enseguida, cuando esté ateniéndonos delante nuestra sin estar exageradamente excitado, con nuestro cuerpo daremos un empujón siguiendo y entrando en modo juego; incluso podemos echarnos al suelo y hacer la croqueta mientras empujamos y ‘molestamos’ a nuestro perro.
- Cada cierto tiempo, unos segundos o quizás minutos, cuando el juego esté comenzando a ir a más, pararemos y de nuevo pondremos la barrara de nuestros brazos para pedir un poco de espacio. Recuerda, SIN HABLAR.
En este momento estamos comenzando un juego de perros, él usará sus patas, su boca, su cabeza… utiliza también tu propio cuerpo para jugar, aunque también podemos utilizar un juguete y así como pedimos un límite de espacio con nuestros brazos, pedir que suelte el juguete, esperar su respuesta y seguir jugando con o sin juguete.
(¡Ah! Imagino que entenderás que tienes que encontrar el momento adecuado en que los dos tengáis ganas de jugar)
Recuerda, agilidad, rapidez y alegría. Solamente practica este juego si estás segura de que es un juego, aquí no está permitido enfadarse. Se aceptan los límites, las quejas si nos hace daño, pero en ningún momento se admitirá un castigo o un enfado por nuestra parte, aquí comenzaríamos a ser de nuevo humanos serios y firmes, alejándonos de la diversión que intento explicarte.
Así bien, escribiéndote me dan ganas de ponerme a jugar y es lo que voy a hacer ahora mismo. Y tú, ¿Qué me dices? ¿Te animas a ponerte a hacer el perro más que nunca?
Cuéntame en los comentarios cómo ha sido tu experiencia y si te puedo ayudar a mejorarla de algún modo. Solamente poniéndola en práctica sabemos si necesitamos mejorar algo, así que, te animo a ponerte a ello y contarme luego qué tal ha sido.
Gracias, gracias, gracias.
Elena Dogsanimal