Llevo semanas intentando escribir sobre nuestra adaptación a esta nueva vida, esta vida de ser uno más, de apoyar el cambio y convertirme en una buena acompañante de un jovenazo y seguir siéndolo para tres súper perros ancianos.
Son muchas las cosas que quiero contarte. Seguramente te hablaré de esto en varias publicaciones, pues quiero mostrarte en este tema la versión del perro, su sentir y también la versión humana, la más mental y enrevesada.
En el principio de todo lo que más debemos tener en cuenta es que somos dos completos desconocidos. Por más que crea o pueda saber de la vida del perro que acaba de llegar a mi familia, no nos conocemos, no existe intimidad, confianza ni apenas vínculo que nos una por ahora.
Para tu perro:
Al principio de todo no va a ser importante que tu perro aprenda a ser educado, ni entienda los límites o normas del hogar, ni siquiera va a ser importante para él que quieras hacerlo feliz porque, por ahora, en el principio de todo, tu perro solo necesita conocerse a sí mismo en esa nueva vida y, honestamente, mi mejor recomendación es que hagas lo mismo y aprendas a ser tu nueva versión, la versión que está preparada para cambiar todo lo que hasta ahora sabía y hacía para construir una vida nueva y diferente, caótica y estresante a veces, muchas veces, y divertida y apasionada casi siempre, cada vez más.
No te líes ni impacientes con educar a tu perro y enseñarle cosas que en realidad no son importantes para tu perro ni en realidad lo son para ti. No creas que al dejarle ser y reconocerse se acostumbrará a cosas que no te gustan que más tarde no podrás cambiar.
Da igual si se acostumbra a dormir en un lugar que más tarde no quieras que sea su sitio de dormir, da igual que se aficione ahora a robarte calcetines o morder la esquina de una mesa.
Te aseguro que si acompañas a tu perro en este primer cambio en el que necesita conocerse a si mismo en su nueva vida, dentro de muy poco tiempo podrá concentrarse en quién eres tú y qué haces en esta, su nueva familia.
Vuestra relación acaba de empezar y tenéis toda una vida para practicar, entrenar y educar todo lo que juntos os propongáis. No te anticipes, pues el primer paso es el más grande, pasar de ser dos completos desconocidos a, poco a poco, empezar a conocernos.
Para ti:
Permítete sentirte desbordada, enfadarte porque no sabes cómo hacer entender a tu perro algo que aparentemente es fácil y que, incluso, tus otros perros ya entienden.
Pierde la paciencia si así lo sientes, aunque intenta respirar hondo tres veces antes de perderla por completo.
Disfruta tanto como puedas, porque tan pronto como puedas imaginar estarás recordando esto como algo que ya pasó. Diviértete tanto como puedas.
Se constante, aunque no encuentres los resultados que buscas, sigue siendo constante y déjate sorprender por tu perro. Puede que lo que le estás pidiendo no tenga sentido para él y su respuesta, si te olvidas de tu expectativa, te sorprenda y sea todavía mejor de lo que habías imaginado. Deja de exigirte, lo estás haciendo bien, al menos todo lo bien que ahora mismo puedes hacerlo.
Vas a cometer errores que vas a detectar al instante de cagarla pero, igual que tu perro no se acostumbrará hasta el fin de los días a las cosas que hace ahora, tampoco tú vas a acostumbrarte a cagarla porque nada es irreversible, juntos vais a aprender a ser mejores. Juntos y por separado.
Vais a compartir una vida juntos, ¿de verdad tan importante es que sea educado en este justo momento?
Un perro no aprende a ser educado siendo educado, sino aprendiendo a ser y a expresarse con libertad.
Gracias, gracias, gracias
Elena Dogsanimal
